Sea cual fuere la naturaleza de un cuerpo, física o espiritual del Evangelio de hoy, este no puede poseer ninguna de esas tres cualidades. El cuerpo, por definición, es limitado. Si Dios tiene cuerpo no puede ser infinito. De no ser infinito, tampoco es omnipresente, etc.
Si Dios posee un cuerpo, incluso uno espiritual de gran tamaño, comparado con el infinito, sería infinitamente pequeño. Jamás he conocido un antropomorfista que acepte que Dios sea infinitamente pequeño. No se pronuncian sobre esta contradicción.
Pequeños dioses
Si reducir a Dios al tamaño de un ser humano grande es un desastre teológico, igualmente serio es magnificar al hombre al nivel de un pequeño dios.[iv]
Earl Paulk se une a Copeland y aclara:
Adán y Eva fueron puestos en el mundo como una semilla de la expresión de Dios. Tal como los perros procrean perritos y los gatos gatitos, así Dios tiene diocesitos y, hasta que comprendamos que somos pequeños dioses, no podremos manifestar el Reino de Dios.[v]
Es decir que en la línea conceptual de la Palabra de fe, el haber sido creados a la imagen de Dios, implica que somos duplicados de Dios. ¿Será que estos maestros también confunden la diferencia entre un espejo y el hombre que en él se mira?
Cuando me afeito en la mañana, ¿miro en el espejo mi piel con espuma de afeitar? No realmente. Lo que veo es vidrio pulido que me refleja. El espejo no sangra si me corto con la navaja.
Esta noción de igualdad entre Dios y el hombre no se origina en Copeland o Paulk. Su mentor, Kenneth Hagin, ya enseñaba que:
El hombre fue creado en términos de igualdad con Dios, y es capaz de pararse en la presencia de Dios sin ninguna conciencia de inferioridad. Dios nos ha hecho tan similares a Él como fue posible. Nos hizo el mismo tipo de ser que Él es y el hombre vivía en Su reino. El hombre vivía en los mismos términos que vive Dios. Se llama cristiano al creyente y eso es lo que somos: ¡somos Cristo![vi]
Aquí Hagin no se esfuerza en definir a Dios. Es innecesario hacerlo. Si Adán entraba a la presencia divina en iguales términos, sin ningún sentido de inferioridad, esto ya revela el concepto que Hagin tiene sobre la esencia y ser de Dios.
La Biblia, por supuesto, no enseña nada de esto. En el Génesis vemos que Dios caminaba en el jardín en comunión con Adán. ¿Es esto suficiente para sugerir que Adán y Dios eran iguales? ¡Claro que no! Si Adán hubiera sido igual, ¿por qué habría tratado de esconderse de Dios, luego de haber pecado? Hubie
ra podido crear su propio universo y escaparse.